lunes, 18 de mayo de 2009

ENTRE LA ESPUMA Y EL ALBA.



Déjame respirar en tu distancia,
mitad fuego, mitad fragua,
aislarme del mar en tus labios,
beber el dulce vino en tu piel
mientras el humo
se conmueve y se aleja.

Cada atardecer como viento me vences,
para besar en mis hojas azules,
árbol abierto a la ciencia
entre los muros del acordeón que suena
tendido sobre el verde alabastro.

Igual que las libélulas y los pájaros
me siento sobre la madrugada adolescente,
sol que se propaga como noticia de un periódico,
cualquier periódico que dominicalmente
se confunde con los cantos gregorianos.

Sí, así me siento cuando me abrazas,
mientras la sangre en agitado transito,
se recuesta entre la espuma y el alba.

jueves, 14 de mayo de 2009

EL PACTO